Una de las cosas básicas a las que se dedica un epidemiólogo es a medir el riesgo de las cosas. Así, concluimos cosas como que los fumadores tienen un riesgo de 10 a 20 veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón que los no fumadores (1). Es bonito ponderar el riesgo y poder entenderlo. El principal problema es que, cuando ya has aprendido a calcularlo, has ejecutado tus análisis y has publicado tus resultados, la gente sigue fumando. Podría ser que los humanos no percibiéramos bien el riesgo, pero sí que lo hacemos, solo que lo hacemos de forma alterada. Por eso, cualquier sanitario de buen hacer haría todo lo posible porque el riesgo percibido por la población fuera el mismo que el riesgo real del evento. Nadie desea que no nos preocupe algo por lo que nos debemos preocupar y nos aterre algo insignificante. De hecho, la comunicación de masas en momentos de crisis debe gestionar el riesgo percibido y adecuarlo al real (ni menoscabarlo ni aumentarlo). Me explico en palabras más claras.
Autora de fantasía oscura y romántica, realismo fantástico y realismo real que parece fantástico.