¡Hola a todos!
Vuelvo con mis publicaciones sobre las razas existentes en el mundo de Goddard. Si en la anterior publicación os hablaba de las shashas, en esta ocasión lo haré sobre los nocturnos.
No pasa desapercibido que la saga La Estrella del Norte comienza en su prólogo hablando del Ser. A poco que entendamos un poco lo que se nos está describiendo, podemos asumir que esa lucha de fuerzas y esa expansión que experimenta el Ser es algo bastante parecido al Big Bang. Lo que se nos dice después, cuando se nos habla de que el Ser queda dividido en mundos y estrellas, parece ratificarlo. Así pues, deberíamos asumir que el Ser es una especie de ente que abarca el universo, aunque yo lo describiría más bien como su esencia o el dios de todas las cosas.
Fragmentado como está, el Ser crea a los shiracks para vigilar las partes de su cuerpo, los planetas, y protegerlas de ciertos seres que han crecido sobre ellas con ganas de destruir cosas (los humanos, obvio, ¿quién iba a ser tan destructor sino nosotros?). Aunque ya os hablaré más de los shiracks en la próxima publicación, sabed que son meramente oteadores, por ello, el Ser se ve forzado a crear un segundo grupo de seres que le sirvan como interventores , los nocturnos.
Los nocturnos, tal y como se cuenta en los libros, fueron creados a partir de la tierra y la roca con forma de humanos. Para dotarlos de vida, el Ser insufló en ellos su esencia. Podríamos pensar que el Ser es capaz de crear algo perfecto a la primera, pero lo cierto es que los nocturnos no terminan de serlo, perfectos.
Entre algunos de los problemas que encuentran los nocturnos está la complejidad de los humanos frente a otros seres menores. Mientras unos seres se mueven incitados por las sequías o la disponibilidad de recursos, los humanos somos capaces de ir en contra de nuestra propia naturaleza y enzarzarnos en una guerra por un mero malentendido.
Puede que no hayáis entendido mucho de las implicaciones que tiene el párrafo anterior, pero os las desarrollo, porque en ellas está todo el trasfondo de la historia. Los nocturnos, que son una esencia (alma) que maneja un cuerpo, frente a los humanos que son un cuerpo que tiene la sensación de tener alma, son bastante diferentes. Al sentirse distanciados de su forma física, los nocturnos no son susceptibles a la corrupción, a la pasión, a los sentimientos o a cualquier anhelo. Incluso, llegan al punto de tener que diferenciarse por la terminación -goth (para varones) entre sexos, puesto que tampoco el sexo es algo relevante para ellos. Su función es ser meramente ejecutores de órdenes del Ser. Eso los hace muy eficientes, sí, sin miedo y sin pesares, pero, a la vez, los hace incapaces de entender la incongruencia humana. De ahí que los nocturnos, y el propio Ser, se pregunten qué hace que se encienda la llama de la revolución en los humanos y por qué no pueden prever cuándo ocurrirá el siguiente desastre.
Conscientes de sus limitaciones, los nocturnos de Goddard han iniciado un proceso de cambio liderado por sus oráculos. Puesto que el oráculo es capaz de ver el destino a través de otros seres, también es capaz de ver y sentir sus emociones. Conseguida esa información, esta es tatuada en los nocturnos con tinta de hessia para que puedan aprender de ella. Problema, esas emociones, aunque comprendidas y, poco a poco, integradas por el pueblo nocturno, quedan lejos de parecerse a las emociones humanas. Peor aún, el escaso beneficio que están logrando a través de esa técnica, les está afectando como población y están comenzando a sufrir los sentimientos ellos mismos: rencor, dolor, pena, etc. Todo esto está empezando a pasarles factura y están cerca de la corrupción.
Fracaso tras fracaso —y ya hablaremos del mayor de los fracasos de los nocturnos, la existencia del dios Sol—, no es de extrañar que se abra la puerta a la creación de una línea mestiza de nocturnos, que comienza con la "unión" (no están casados) de Morgana (nocturna y oráculo) y el dios Sol (origen aún por explicar) y continúa con la unión de sus vástagos, los gemelos (Astargoth y Taranis), con las hijas gemelas de la reina Shasha, Ishabbo y Albai.
¿Por qué esta triple mezcla en concreto? Porque lo que se desea es un nocturno que conserve algo del poder del dios Sol y, a la vez, tenga una parte de un ser capaz de sentir las emociones de los demás, una shasha. Es decir, lo que se busca es dotar a un nocturno de las emociones que le faltaban para entender a los humanos y, a la vez, que mantenga algo del poder del dios Sol como para revertir lo que él haya hecho (y ya os aviso de que ha hecho cosas peores que poner un orbe de poder en el mundo de Goddard para destruirlo).
De ese experimento, nace Dorkstra, el primer triple mestizo y, como veremos en la historia, marcado como está como el Aprendiz en su destino, será el que abrirá camino. También, según le vayamos siguiendo, nos iremos dando cuenta de que eso de sentir le está dando quebraderos de cabeza, en particular, cada vez que una jarra de cerveza, un poco de itrus o una pelirroja se le ponen en el camino.
¿Cuáles son las características y capacidades de los nocturnos?
Que los nocturnos son nocturnos, lo podemos asumir. No les gusta la luz, puesto que están creados de la tierra y la roca y todo aquello que es subterráneo. En su mayoría, comparten rasgos físicos: morenos, piel extremadamente blanca y ojos negros (salvo excepciones).
Su fuerza y su magia (azul como su esencia) dependen de la energía existente en su entorno, pudiendo hacer casi cualquier cosa que deseen si tienen una fuente cercana. Por supuesto, en Goddard, en donde el orbe de poder les roba la energía (las cosas que hace el dios Sol las hace por algún motivo), se encuentran bastante limitados. De ahí que Dorkstra, en particular, que ha vivido siempre bajo el orbe, sea bastante manual y prefiera solucionar las cosas con la espada o una piedra por eso de que no tiene muchos recursos para hacer magia.
Puesto que su alimento es la energía, disponen de una visión de energía (cambio a ojos rojos), mientras que su visión imitada de los humanos es bastante deficiente durante el día, aunque perfecta en la noche.
Es importante también resaltar que usan su energía para aparentar ser humanos, puesto que no lo son, y, aunque pueden "fingir" toda la humanidad que deseen gastando su poder (comer, beber, etc.), no necesitan hacerlo. Ocurre lo mismo a la hora de enfrentarse al frío o al calor, pudiendo regularse con su magia o bien apagar esa sensibilidad.
Todas estas características los hace extremadamente resistentes, incluso sin considerar que pueden dejar de forzar a su cuerpo a mantener apariencia humana y dejarlo endurecer como la piedra que es. Esto último, lo pueden realizar voluntariamente para defenderse de un golpe o, simplemente, puede ocurrir de forma natural cuando abandonan su cuerpo a su suerte, por ejemplo, cuando se refugian en el Mundo de las Sombras.
Por último, explicar que el dios Sol, al que cuando conozcáis denominaréis de otras formas (psicópata, tal vez), pero al que yo gusto de denominar como estudioso y coleccionista de especies, en su vertiente más cruel, se ha molestado en averiguar bastante de los nocturnos. Entre las cosas que ha averiguado, está el cómo neutralizarlos. Es por eso por lo que usa la sustancia dorada (sustancia de vida) para proteger de ellos su hogar, el denominado Castillo de Luz, ya que una de las características de la sustancia dorada es que emite luz y esta interfiere con la capacidad de los nocturnos de obtener energía, dejándolos indefensos ante él.
Como siempre, espero que os haya aclarado un poco qué es un nocturno y cuáles son sus dones y sus limitaciones.
Con esto os dejo por hoy. Espero que os haya gustado la publicación. Prometo seguir contándoos más cosillas en breve.
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